Mazda RX8 II
En la vida uno descubre a veces cosas que sencillamente acaba deseando, la primera vez que vi un RX8 fue allá por el 2004, cuando aún iba al instituto, lo llevaba un garrulo de enciclopedia que le metió un estrujón al pasar por mi lado que casi salen los rotores volando... dicho sea de paso, por aquel entonces no tenía ni pajolera idea de lo que era una biela, un pistón, ni mucho menos un rotor. Me sonó de verlo en el Gran Turismo pero ni fu ni fa, quién quería un coche...
Luego llegó el carnet y mi primer coche (ver entrada nº 1). Golfero de pro mi sueño era poder conducir un R32; con su "four mousion", su V6 de 3200cc y sus 2X0cv...hasta que topé con la tracción trasera y volví a ver, año y poco después del primero, un RX8.
Dentro de ese renacer de frikismo cocheril que sufrí cuando me saqué el carnet era consciente de que había otros modelos más rápidos, más potentes, más mejores e incluso más bonitos para la opinión general que el Mazda...pero éste tenía algo en su estética que me atraía sobremanera, no sé qué era ni qué es, pero a día de hoy y ahora que lo poseo sigo sin saber explicar por qué me parece tan sumamente bonito en comparación con los demás. ¡Ojo! Me encantan los 3XXCi, los 350Z, los Crossfire; pero el 8 es especial.

¡Soy especial!
Mal momento para vender, buen momento para comprar. He estado cuatro años enamorado de mi Golf y lo vendí estando enamorado de él, pero íbamos a ser multitud y muy a mi pesar tuve que darlo como parte del pago. Llegó el día, le hago al Golf las últimas fotos antes de partir hacia el concesionario y salimos para allá. Llegamos, papeleos, cambio de llaves y resumen rápido de los cachivaches del Rx8.

Por fin es mío, me pongo cómodo; el asiento agarra (al menos a mí) pero no agobia y los reglajes eléctricos permiten conseguir una postura de conducción pistonuda salvando dos escollos, la falta de regulación en profundidad del volante y la ausencia de memorias para el asiento en plan BMW.
El interior está lleno de pequeños detalles que enamorarán a los que sepan apreciarlos: lucecitas para iluminar pequeños rincones, toma de 12V en la consola central (más el mechero de toda la vida) para cargar aparatejos electrónicos, huecos de todos los tamaños, portagafas...y todo está bien hecho y bien pensado.
Ya con el motor en marcha...
La situación de los pedales y su respuesta son muy buenas, hacer pie izquierdo está tirado y el punta-tacón no necesita de grandes dosis de "tacón" para poner al motor a un régimen cómodo para la transmisión... pero como siempre se puede pedir un poco más me hubiese gustado un acelerador anclado al suelo y un tacto de freno más directo, me había acostumbrado al todo o nada del Golf y el 8 tiene un tacto muy progresivo al que aún no me he hecho.
La respuesta del gas es siempre inmediata aunque hasta las 5000 vueltas es leve, a partir de esas 5000/6000 revoluciones varía la admisión y con ello el Renesis toma otra filosofía: la de pegarte al asiento con una sinfonía adictiva que hasta puedes localizar dentro del vano motor, justo a la derecha del pinrel. Me juego la mano de mear a que Mazda incluyó en el volante multifunción la tecla de MUTE aposta para cuando pasamos de 6000 rpm.
Por fin, dos semanas después de comprarlo sale un domingo soleado, buen día para lavarlo, hacerle fotos...y desconectar el DSC. Cojo mi Lowepro y la meto en el maletero, que es grande pero con la boca demasiado pequeña y vertical, ya lo he probado y es imposible meter una maleta de más de 100 litros.
Vamos a darle caña, pongo rumbo al camino de _____, que es un tramito hipertransitado de lunes a viernes por los estudiantes que entramos a la Politécnica por la puerta de atrás pero que los findes se halla totalmente desierto. DSC OFF y en la última curva de 90º doy gas pero tampoco demasiado que es mi primerito día, lo suficiente como para no subvirar y que la trasera intente adelantarme, contravolante a manos cruzadas, levanto gas poco a poco y el coche vuelve a ponerse recto sin latigazos de ningún tipo; voy hasta el final del tramo y repetimos; no puedo ser tan jodidamente bueno... este coche es facilísimo de conducir y extremadamente dócil.

No necesitaba nada más, estas dos últimas semanas he estado con el alma en vilo por no saber si podría sin el control de estabilidad o no, ahora que ya nos conocemos mejor puedo respirar tranquilo.
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